Cuando llegamos a Valeria, la Av. Espora no estaba asfaltada, los Árboles de La Reserva todavía eran brotes y no habían nacido mis hijos. Estaba el terreno fértil para hacer un montón de cosas, para proyectar, para crecer. Faltaba una cosa, faltaba equipo. Ahora 35 años más tarde Valeria sigue siendo una tierra fértil, llena de oportunidades. Y mis hijos crecieron, se capacitaron y juntos tenemos hoy la oportunidad de trabajar en lo que nos gusta. En el lugar que vimos crecer. Formamos un equipo y queremos que usted también forme parte del quipo. Porque sumar nos hace bien a todos.